Hora de decir adiós.

Pues sí, llegó la hora de decir adiós. Son ya varios meses sin escribir, y varios más con pocos o ningún post. Un tiempo en el que, cuando me acuerdo de este blog –con el que tan bien me lo he pasado–, ha sido para decirme a mi misma ‘tengo que cerrarlo’, en vez de maquinar qué receta podría publicar.

La verdad es que después de publicar los libros ‘Invierno‘ y ‘Primavera‘, pinché. Fueron muchos meses de dedicación, cocinando al llegar a casa después del trabajo, con un niño pequeño, con un fotógrafo que llegaba a casa aún más tarde que yo. Lo que era divertido –cocinar y escribir en el blog– se convirtió en un compromiso, en una obligación. Ya no era tan divertido (supongo que si los libros hubieran sido un best-seller, mi sensación a día de hoy sería otra, claro). Y tras un periodo largo, me doy cuenta de que no he conseguido retomar el blog con el suficiente fundamento y entusiasmo como para seguir con él.

Durante este pasado año, además, he dedicado mi energía y tiempo libre – y buena parte del no libre– a Pasaportes para Siria, una asociación en la que participamos 5 mujeres tratando de poner nuestro grano de arena para mejorar la vida de los refugiados. Y me ha quedado poco margen para otras cosas.

Por último, y fundamental teniendo en cuenta de qué trata este blog, ya no recibimos una cesta semanal de verduras. Dejamos el último grupo de consumo y nos hicimos socios de Labore. Pero hace meses que no paso por allí, y hago la compra aquí y allá según me viene bien, casi siempre en tiendas y el mercado que tengo  cerca de donde trabajo. A veces incluso en el supermercado, oh my god.

En fin, razones o excusas, lo cierto es que siento que es hora de despedirme. Gracias a todas las personas que habéis pasado por aquí, de forma fiel o puntual. Espero que nuestras ideas para cocinar verduras locales y de temporada os hayan sido útiles en algún momento. Aunque no voy a seguir escribiendo, el blog queda aquí, hasta que WordPress decida lo contrario, así que si necesitáis consultar qué hacer con una achicoria, podréis hacerlo.

Hasta la vista. Gracias.

La ecogranja de pollos Orikitxa busca tu respaldo en Goteo

Marcelino Santiago es uno de los dos únicos productores de pollo ecológico que existen en Euskadi. Hace dos años unió sus ilusiones a las de otro socio –David, que después dejó el proyecto–, capitalizó la prestación por desempleo, se lió la manta a la cabeza, y decidió que la falta de apoyo institucional o las dificultades administrativas no iban a demorar más el proyecto al que llevaba tiempo dándole vueltas: montar una granja ecológica de pollo. Así nació la Ecogranja Orikitxa, situada en Audikana, en plena llanada alavesa.

Dos inviernos de mal tiempo y mala suerte han provocado daños en la finca, dificultando los planes que Marcelino tenía para ampliar la zona de parque en la que los animales corren y pican lo que encuentran para comer, ya que «disfrutan más en los parques con hierba». Así que, con el apoyo de Biolur, la asociación de apoyo a la agricutura ecológica de Gipuzkoa, ha puesto en marcha una acción de microfinanciación en la plataforma Goteo.org.

Imagen: Ecogranja Orikitxa

Labore, una cooperativa de consumo responsable en Oarsoaldea

El pasado 25 de marzo abrió sus puertas en Oiartzun la tienda de Labore Oarso, una cooperativa de consumidores de Oarsoaldea (comarca que engloba los municipios guipuzcoanos de Pasaia, Errenteria, Oiartzun y Lezo). Se trata de un local amplio y agradable en el que los socios pueden adquirir, fundamentalmente, alimentos de proximidad y alimentos ecológicos a un precio justo, al tiempo que respaldan la producción y la economía local, así como un modelo de consumo más responsable.

Puré de hollejos de habas y puerro.

Tenía esta receta para aprovechar los hollejos de las habas desde hace tiempo en ‘borradores’ y por fin sale a la luz. ¡Porque es temporada de habas! Y de guisantes, pero no vienen al caso. ¿Quitáis el pellejo a las habas antes de cocinarlas? Yo sí, y gracias a recetas como este puré de hollejos de habas y puerro (prima-hermana del sopicaldo de habas y espárragos blancos) no tendréis que tirarlos nunca más. 

Tortilla de hojas de remolacha.

Que las remolachas no son santas de mi devoción lo sabréis quienes sigáis habitualmente nuestras aventuras y desventuras con las verduras de temporada. Creo que aún no me he recuperado de mi primer puré de remolacha, aunque por aquí hayamos dejado recetas de hummus, borsch o incluso un brownie de remolacha que estaban francamente ricos. Sin embargo sus hojas, que casi siempre se descartan – de hecho, casi siempre se venden sin ellas –, están la mar de ricas para comerlas en ensalada e increíbles en esta tortillita. Lástima que para obtener las hojas haya que llevarse a casa la raíz, jaja.

Rollitos de invierno al vapor.

Con las verduras de invierno se pueden preparar los clásicos rollitos de los restaurantes chinos, o al menos una versión libre de los mismos. Son esos rollitos envueltos en obleas de arroz rellenos de diversas verduras, con o sin carne, y es una receta perfecta para cuando tenemos algunas sobras de esto y de lo otro. Se pueden hacer fritos o al vapor, que es como los hemos preparado. Una buena idea que, en su fase de ejecución, resultó un desastre tras otro, así que atención a mis errores para no repetirlos 🙂

Pastel de invierno.

Un pastel de verduras de invierno para retomar este blog que tenemos un poco abandonado últimamente: calabaza, zanahoria, puerro y berza, con un poco de bacon para que el fotógrafo se lo tome con más alegría. La verdad es que con estos pasteles podemos aprovechar restujos que tengamos en la nevera. También están muy ricos con brócoli, o coliflor, o espinacas… viva la cesta de invierno :-). ES una receta apta  para el túper, así que mejor todavía.

Ensalada de otoño en tarro.

Esta ensalada con productos de otoño como la lombarda, la berza, la zanahoria o las nueces, en tarro de cristal, es un gran recurso to take away. Las ensaladas en tarro o ‘Mason Jar Salad’ son un invento para que la ensalada que nos llevamos de picnic o al trabajo no acabe toda pocha debido a la humedad de algunos ingredientes y para que no tengamos que llevarnos otro bote con el aliño (de esos que tarde o temprano acaban rezumando aceite). El nombre ‘Mason Jar’ viene dado por una marca de tarros de conserva bastante moñoños, pero en fin, se puede hacer con otro bote (prueba de ello, la nuestra). Como en cualquier ensalada, los ingredientes son aquellos que vuestra imaginación quiera añadir, pero hay varias ‘reglas’ para que funcione: el aliño al fondo, los verdes arriba del todo y aquello que tenga humedad bien escurrido. El bote también tiene que estar bien seco, y debe tener boca ancha.

Buñuelos de acelgas y feta.

Buñuelos de acelgas y queso feta, fáciles y ricos, aprovechando que el viernes recibimos unas bonitas acelgas en nuestra cesta semanal de verduras. Se trata de una receta inspirada en los buñuelos de acelga del libro Jerusalem de Yotam Ottolengui, un libro maravilloso que, si tiene alguna pega, es que no resulta fácil que su lista de ingredientes -sobre todo especias y hierbas aromáticas – esté presente en nuestra cocina. Pero eso no es excusa para tomar la base y modificar la receta con lo que tengamos en casa, como hemos hecho en este caso.

Rellenos para pencas de acelga.

Las pencas de acelga rellenas están ricas ricas de verdad. Me sorprende haber leído por ahí que en algunos sitios se coman las hojas verdes y se descarten las pencas. No saben lo que se pierden. Hemos publicado alguna vez recetas como estas pencas rellenas en salsa, o esta otras pencas rellenas con bechamel verde. Aprovechando que esta semana hemos comido unas acelgas que parecían un ramo de novia,  traemos algunas ideas de relleno que solemos preparar en casa.