Si hace un par de semanas la cesta semanal de verduras nos sorprendía con un romanescu, la pasada lo hizo con unos champiñones Portobello, esos de sombrero color marrón. Los humildes champis son un recurso socorrido y rico que en esta familia gustan mucho (también nos gustan los hongos, pero ya no son tan humildes). Hoy os invitamos a probarlos de una manera rápida, limpia y deliciosa: en carpaccio. Una propuesta ligerita, además, por si os hace falta soltar lastre después de estos días. Urte berri on!
Necesitamos: champiñones (Portobello o blanco, no importa), queso curado, sal, pimienta, aceite de oliva virgen y un cuchillo afilado.
Y hacemos lo siguiente: si es necesario limpiamos los sombreros con un trapo o un cepillo, sin mojarlos. Reservamos los troncos para un revuelto. Con el cuchillo y mucho cuidadito cortamos los champis en láminas muy finitas. Sacamos también unas lascas de queso, podemos hacerlo con ayuda de un pelapatatas. Mezclamos y aliñamos con sal, pimienta y aceite de oliva.
¡Listo! Por supuesto, si en lugar de champis tenéis la fortuna de haceros con unos hongos, podéis prepararlos de la misma manera.
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